Es uno de los pocos productores y directores de videojuegos con vigencia entre el público oriental y el público occidental. En 2009 anunciaba que su saga de Metal Gear, insignia de la PlayStation, también llegaría a la Xbox360 con el lanzamiento de Metal Gear Solid: Rising. Una historia breve basada en un personaje secundario. Se trataba de la historia de uno de los personajes menos queridos por los fanáticos en el juego Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty, que regresó como uno de los más queridos en el Metal Gear Solid 4: Guns of the Patriots.
En el anuncio, Hideo estableció que el equipo de Kojima Productions se encontraba trabajando en el título. A mediados de 2010, se presentó nuevamente en la E3, y por primera vez el mundo tuvo la oportunidad de ver el nuevo producto de Kojima.
Todos quedaron sorprendidos, impresionados y hasta curiosos por la nueva dirección que tomaría el juego, alejándose del clásico estilo de espionaje por una línea más de acción. El subtítulo del juego promovía "Lightning Bolt Action", haciendo suponer que se perdía el tag famoso de todos los demás Metal Gear's "Tactical Espionage Action". Sin embargo, la noticia más sorprendente de esa E3 en torno a este juego fue que no era Kojima quién estaba a cargo de la producción del juego, sino su equipo, el estaba ocupado con otro proyecto y otro equipo más pequeño trabajando en lo que sería en 2010 el Metal Gear Solid: Peace Walker, y el engine propio de producción de videojuegos "Fox Engine".
De la misma forma que el juego apareció de la nada, el mismo pareció desvanecerse después de esa E3. No se supo más nada. Ni una imagen, ni un comunicado de prensa, ni un trailer, nada. Algunos comenzaron a sospechar lo peor, que el juego había caido en el limbo de los proyectos cancelados. Pero tratándose de Hideo Kojima todos esperaban algo distinto, un anuncio sorpresa, o algun dato inesperado del juego. Pero el anuncio nunca llegó.
A finales de 2010 se armó un debate muy particular entre las figuras más importantes del mundo de los videojuegos japonés. Keiji Inafune, creador de Megaman y figura estelar de la empresa Capcom, abandonaba la misma casi a las patadas planteando que el desarrollo de videojuegos japonés estaba en plena decadencia, que se necesitaba un cambio urgente, y frente a la ausencia de respuestas optó por abandonar la empresa. Poco tiempo antes Shinji Mikami había abandonado la empresa con los mismos pretextos. Square Enix también sufrió la pérdida de grandes directores de su famosa saga Final Fantasy, y la decimotercer entrega del juego padeció las consecuencias. Lo mismo ocurrió numerosos otros productores de renombre japoneses. Se temió por momentos que este fuera el caso de Kojima, quién también participó en los debates alegando que japón necesitaba un cambio profundo, y que necesitaba aprender de occidente para recuperarse.
El 2011 pasó sin pena ni gloria, y ya todo el mundo asumía lo peor. Pero sobre finales de este año en los VideoGameAwards lleados a cabo por la productora SpikeTV, Hideo apareció en el escenario y reveló un nuevo trailer. Rising estaba vivo... pero estaba distinto. Muy cambiado.
Ni siquiera su logo era reconocible. Se había pedido la palabra Solid, había cambiado la estética de la tipografía, regresando a la original de los 80's, y el subtítulo ahora era "Revengeance".
Pero la sorpresa, para algunos (puesto que corrían rumores por la internet), estaba al final del trailer. El juego estaba siendo desarrollado por PlatinumGames, una nueva empresa japonesa que ha servido de cobija para varios de los más afamados desarrolladores. Una empresa distinta, que toma riesgos en sus producciones, y que sin lugar a dudas realiza grandes colaboraciones con otras empresas.
El Metal Gear Rising estaba vivo, pero claramente se trataba de otro juego. La reacción no se hizo esperar. Algunos hablaron de esperanza, por los buenos productos de PlatinumGames, otros de fracaso del Metal Gear, y otros simplemente se quedaron callados. Apenas un día después, Hideo tomó el escenario. Sintió que debía una explicación a todos los fanáticos, y así lo hizo:
No sólo puede notarse la congoja de Kojima al explicar que canceló el juego (siente la obligación de explicarle a sus fanáticos qué ocurrió), sino que sobre el final se nota claramente su propuesta, colaborar entre estudios. Hideo está empujando, junto con otros desarrolladores, al mundo de los videojuegos del japón a colaborar entre ellos. Esto no es un hecho más de un juego que se cancela y es salvado por la campana, no señores, esto es un manifiesto de que Oriente ha aprendido de Occidente, hay que colaborar entre estudios.
Veremos que les depara el futuro...
Salúdolos,
Q2
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