martes, 5 de octubre de 2010

Explotar a un ruiseñor..

WARNING, WALL OF TEXT INCOMING
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EVASIVE MANOUVERS,
BRACE FOR IMPACT

Desde la invención de la cinematografía a comienzos del Siglo XX, siempre aparecieron ávidos guionistas que buscaron transformar la magia y el poder de las letras en hermosas (y grises) imagenes.

Se rompieron el mate buscando la mejor forma traducir las multiplicidad de palabras que se encuentran en las páginas de un libro en, como mucho, una hora y media de película. Algunas traducciones fueron buenas y otras bastante malas.

Allá por los años 50 cuando Drácula y Frankie ya habían sido explotados numerosas veces decidieron que era hora de probar con otras cosas. Aparecieron así las películas sobre la mitología, los monstruos y sobre los extraterrestres. Y finalmente, ya entraditos en la década del 60 sobre los comics. Los villanos y superheores se mudaron instantáneamente del papel impreso de las vanales historietas a las pantallas grandes y ovaladas de la década de los 70's. La revolución no se hizo esperar. Esquivando la engorrosa restricción de la hora y media total de la pantalla grande, optaron por convertirse en un virus de la pequeña.


El hombre Nuclear (The millon dollar man), Viaje a las estrellas (Star Trek), El hombre increible (Hulk), y el Batman de Adam West hicieron furor durante gran parte de la década de los 70's. En la misma década Superman, el hombre con los calzoncillos rojos, llegaría a la pantalla grande y haría, por primera vez en la historia, FUROR.

En las últimas décadas la tendencia cambió en el cine, se pasó de producir a una buena película con gente que supiera del tema a vender un producto que sea masivo. Se abandonó la fidelidad a las fuentes, libros, comics, etc, y se las reemplazó por la afiliación al dólar. Fue así que a principios de la década de los 80's distintas compañías cinematográficas se hicieron con los derechos de cuanto comic, libro y revista se publicara. Su trabajo durante las tres décadas restantes fue el de transformar, tergiversar y destruir el material de la fuente para producir un producto de masas que fuera "bonito".

Existen, entre toda esta sarta de filmes amorfos, algunas películas que lograron sobrevivir y ser relativamente queridas y apreciadas por las distintas comunidades. Pero ustedes preguntenle a alguien que haya leído el libro y casi siempre lo preferirá a la película. Lo mismo ocurre con los comics, podrán estar bien adaptado o bien entendida la idea, pero siempre estará un paso por detrás de la historia verdadera que reside en el comic.

Sin embargo, por lo general estas películas tienden a destruir el material de base. Destruir es poco decir, lo descuartizan. Se quedan con un disfraz o con un nombre, y después hacen lo que quieren o lo que les parece con el resto. Hay, por supuesto, distintos niveles de travestismo, pero todos alteran de una forma u otra el material original.

En la década de los 90's este proceso fue brutal, fue tan brutal que por un acuerdo entre las empresas cinematográficas dejaron de producirse películas de comics por realmente eran un fracaso económico. Aún si la película fuera un poco potable, el sabor amargo de anteriores fracasos aún se conservaba en la lengua. No está demás aclarar que aún en vista de esta terrible situación, algunas series lograron triunfar y establecerse como Star Trek que con su sagas de películas desde los 80's en adelante logró una continuidad entre aquella primera generación de Spock y Kirk, hasta Jean Luc Picard. Y tampoco sería honesto si no admitiera que frente a cada nuevo anuncio, nosotros los ñoños nos regodeamos y emocionamos olvidando las traiciones recientes.

El Y2K llegó y no fue ni el fin del mundo, ni la debacle informática que muchos planteaban. Sí fue una nueva tormenta de películas de superhéroes impulsadas por la revolucionaria Matrix y la buena recepción de la adaptación de Brian Singer de X-men. Comenzó así una nueva época, en dónde, los lectores de comics así como buscan por dibujante y guionista comenzaron a generar sus expectativas a partir de directores y guionistas. Sin embargo, por cada éxito, había también un fracaso de proporciones magnas.

Entrada la década del 2000 comenzó el segundo fenómeno. Una nueva generación de directores, fanáticos de los comics, comenzaron a pelear con las cinematográficas, y a través del internet, lograron que los amantes de los comics supieran por qué estaban peleando y cómo. De pronto millones de nerds se conectaban para saber de la lucha de Snyder y Miller con Legendary Pictures para poder ser ellos quienes dirigieran todo el circo de la película 300. Sumado a este fenómeno de nuevos cinematógrafos, aparecieron también los productores fanáticos de los comics, los videojuegos y los extraterrestres. Personas cuya primera influencia había sido la Guerra de los Mundos (War of the Worlds) de Orwell.

Y finalmente se dio la última vuelta de tuerca. Aquellas licencias vendidas hace ya tantos años comenzaron a vencer, y las empresas de comics, decidieron conservar sus propios productos en lugar de prostituirlos nuevamente. Ahora las empresas de cine debían competir por esas licencias y ofrecer verdaderamente el mejor producto. Ya no se trataba de una cuestión de interpretación. Ahora se trataba de fidelidad al material original.

VOLVEMOS A TENER EL CONTROL!!
Y aún así, las cosas se nos siguen escapando de las manos

Q2

Pd: Sí! tenía ganas de hacer un descargo... ¿y qué?

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