Mi nombre es..., mi nombre no es importante. Al menos no hoy en lo que finalmente me decidí a contarles. Hace rato que navego su blog y la verdad lo encuentro entretenido. No me puedo imaginar cómo serán las personas que lo escriben, pero no puedo evitar asociarlos a lo que fue mi experiencia con el mundo ñoño.
Espero no la encuentren ofensiva y que, si quieren, la puedan publicar en Relatos de un Ñoño. Me parece interesante que puedan escuchar las dos campanas.
Mi historia es así: Cuando tenía 15 años fui a una de estas exposiciones de comics y pavadas varias, más arrastrado por mis amigos que por mi propio interés de ir. La exposición se llamaba fantabaires y esto fue a mediados de los 90's. Entre las millones de cosas que había hubo una sola que me llamó la atención, y se trataba de un juego de estrategia que se jugaba con figuras de metal pequeñas pintadas a mano, para los que lo conocen, el juego se llama Warhammer.
Este juego es muy popular en algunos paises del mundo, pero pareciera que no era así en la argentina, puesto que muy pocos stands vendian las cosas de este juego. Mis amigos vieron las cosas que querían ver y después emprendieron la retirada, yo me fui con ellos, no sin antes agarrar un panfletito del juego y un local que se ocupaba de venderlo.
Típico de mi en cuanto llegué a casa había perdido el papel en cuestión. Pero digamos que tampoco lo sufrí o pasé noches en vela pensando en el juego, es más, hasta el boom de internet no tenía ni idea cómo se llamaba el juego, por lo que tampoco me amargué demasiado. Pasaron unas semanas y en un kiosco de revistas me topé con una revista que vendía lo que para mí eran los mismos exactos muñecos. Las revistas venían semanalmente y traían la pintura, los pinceles, las bases, y por último los soldados.
Finalmente tras coleccionar varias revistas al pedo, me digné a empezar a pintar los muñequitos. Los primeros fueron un desastre, pero para el cuarto o quinto, ya estaba mejorando. El sexto me quedó casi perfecto sino fuera por el hecho de que no tenía la pintura "color piel" para terminarlo. Curiosa casualidad frente a este infortunio, me encontré con el papel extraviado. Así como confianzudo adolescente me mandé al local en busca de nuevos muñenos, pinturas y pinceles. No me gusta ser agresivo, pero el que atendía el local era el típico nerd americano, excepto que con una remera de iron maiden.
En cuanto entré al locál me amenazón con un punzante "¿Qué querés?", y cuando traté de explicarle qué figuras buscaba y cuál era mi problema, en lugar de encontrarme una cálida bienvenida al mundo del warhammer, lo único que me encontré fue indignación y desdén porque no conocía la diferencia entre uno serie de muñecos y la otra, porque confundí la porquería que vendía una revista con el Warhammer, etc.
Me sentí tan mal que me fui del local. Llegué a casa, guardé todo en un cajón y nunca más los volví a tocar, hasta hace un par de meses. Ahora estoy volviendo a pintar y con un poco de suerte me van a quedar como estos (ver fotos).
Esta fue mi experiencia en la que un maltrato significó que me cerrara al mundo ñoño. Sí, hay gente que se copa y te explica las cosas, pero creo que son más los nerds con cara de culo y celosos de ilustrar a los demás... una lástima.
Espero no los haya aburrido.
Ahí lo tienen mis queridos ñoños, un llamado de atención para que sepamos que a veces somos nosotros los que cerramos la puerta al mundo y nos aislamos... somos nosotros los que practicamos esa violenta alienación...
Si uno mira para adentro, sabemos todos que en algún momento hemos sido culpables de no tomarnos el tiempo y la paciencia de explicar algo a quien simplemente no lo comprende, pero lo encuentra de todas formas asombroso. Sin embargo, no puedo dejar de señalar que actuamos en defensa, porque siempre están esos que hacen las preguntas socarronas, que nos tratan con el mismo o peor desdén que el que a veces brindamos...
Tema para pensar el día de hoy ñoños, tema para pensar...
Los comentarios son todos vuestros! Y por supuesto si querés contarnos tu historia, no dudes en escribir a planetanionio@hotmail.com.
Salúdolos
Q2
Espero no la encuentren ofensiva y que, si quieren, la puedan publicar en Relatos de un Ñoño. Me parece interesante que puedan escuchar las dos campanas.
Mi historia es así: Cuando tenía 15 años fui a una de estas exposiciones de comics y pavadas varias, más arrastrado por mis amigos que por mi propio interés de ir. La exposición se llamaba fantabaires y esto fue a mediados de los 90's. Entre las millones de cosas que había hubo una sola que me llamó la atención, y se trataba de un juego de estrategia que se jugaba con figuras de metal pequeñas pintadas a mano, para los que lo conocen, el juego se llama Warhammer.
Este juego es muy popular en algunos paises del mundo, pero pareciera que no era así en la argentina, puesto que muy pocos stands vendian las cosas de este juego. Mis amigos vieron las cosas que querían ver y después emprendieron la retirada, yo me fui con ellos, no sin antes agarrar un panfletito del juego y un local que se ocupaba de venderlo.
Típico de mi en cuanto llegué a casa había perdido el papel en cuestión. Pero digamos que tampoco lo sufrí o pasé noches en vela pensando en el juego, es más, hasta el boom de internet no tenía ni idea cómo se llamaba el juego, por lo que tampoco me amargué demasiado. Pasaron unas semanas y en un kiosco de revistas me topé con una revista que vendía lo que para mí eran los mismos exactos muñecos. Las revistas venían semanalmente y traían la pintura, los pinceles, las bases, y por último los soldados.
Finalmente tras coleccionar varias revistas al pedo, me digné a empezar a pintar los muñequitos. Los primeros fueron un desastre, pero para el cuarto o quinto, ya estaba mejorando. El sexto me quedó casi perfecto sino fuera por el hecho de que no tenía la pintura "color piel" para terminarlo. Curiosa casualidad frente a este infortunio, me encontré con el papel extraviado. Así como confianzudo adolescente me mandé al local en busca de nuevos muñenos, pinturas y pinceles. No me gusta ser agresivo, pero el que atendía el local era el típico nerd americano, excepto que con una remera de iron maiden.
En cuanto entré al locál me amenazón con un punzante "¿Qué querés?", y cuando traté de explicarle qué figuras buscaba y cuál era mi problema, en lugar de encontrarme una cálida bienvenida al mundo del warhammer, lo único que me encontré fue indignación y desdén porque no conocía la diferencia entre uno serie de muñecos y la otra, porque confundí la porquería que vendía una revista con el Warhammer, etc.
Me sentí tan mal que me fui del local. Llegué a casa, guardé todo en un cajón y nunca más los volví a tocar, hasta hace un par de meses. Ahora estoy volviendo a pintar y con un poco de suerte me van a quedar como estos (ver fotos).
Esta fue mi experiencia en la que un maltrato significó que me cerrara al mundo ñoño. Sí, hay gente que se copa y te explica las cosas, pero creo que son más los nerds con cara de culo y celosos de ilustrar a los demás... una lástima.
Espero no los haya aburrido.
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Ahí lo tienen mis queridos ñoños, un llamado de atención para que sepamos que a veces somos nosotros los que cerramos la puerta al mundo y nos aislamos... somos nosotros los que practicamos esa violenta alienación...
Si uno mira para adentro, sabemos todos que en algún momento hemos sido culpables de no tomarnos el tiempo y la paciencia de explicar algo a quien simplemente no lo comprende, pero lo encuentra de todas formas asombroso. Sin embargo, no puedo dejar de señalar que actuamos en defensa, porque siempre están esos que hacen las preguntas socarronas, que nos tratan con el mismo o peor desdén que el que a veces brindamos...
Tema para pensar el día de hoy ñoños, tema para pensar...
Los comentarios son todos vuestros! Y por supuesto si querés contarnos tu historia, no dudes en escribir a planetanionio@hotmail.com.
Salúdolos
Q2
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